sábado, 4 de julio de 2009

REFLEXIONES EN VISPERA DE LA ELECCION

Por Luis Enrique Ríos S.
La noche no termina. Al festejar la muerte del dinosaurio, muchos alegre y con fundidamente dieron vida al tiempo de los monstruos, de las bestias. Estos vinieron y destruyeron brutalmente nuestro laicismo, banalizaron nuestras luchas, nuestra historia, se mofaron cuando el pueblo de manera preventiva quiso no darles una segunda oportunidad. Con su fanática conducta religiosa-aristocrática pisotearon lo que a su parecer era la apestosa democracia.
No hay acción que no los pinte de cuerpo completo como son: monstruos de la peor pesadilla de la historia. Son catrines y hacendados decimonónicos usando vehículos costosísimos y modernos aparatos tecnológicos del tamaño de su frivolidad. Manipulando con sus bobadas televisivas los sentimientos, los afectos, la bondad de un pueblo hambriento y despojado.
Un pueblo en harapos, que no encuentra ninguna salida. Un pueblo en el que sus viejos se van quedando solos. Los jóvenes mueren por miles en este país por un trocito de sueño momentáneo. O se van por cientos de miles a buscar un sueño en otros lados porque aquí a ellos ni para imaginar un sueño les da. Que ilusión puede tener un pueblo donde los viejos se están dedicando a enterrar a sus jóvenes, niños y adolescentes. O los asesinan los soldados activos o los que lo fueron pero ahora sirven a otros poderosos. Jóvenes asesinados por los grupos mafiosos en cuyas garras han caído; adolescentes que mueren en una acelerada dependencia de algo que les hace huir primero de la realidad y luego de la vida; niños que mueren poquito a poco de pobreza o calcinados por las llamas de la corrupción con rostro público o privado. 10 mil muertos (casi todos jóvenes) por la guerra del idiota calderón en tres años, casi 50 niños calcinados y muertos por la política del imbécil calderón en unas cuantas horas.
Vivimos todos el terror cierto o el inventado. Sino le es suficiente una guerra declarada a nombre de todos, de todos contra todos, entonces espantan con ideas de algo que existe pero que ellos magnifican al tamaño de su necesidad de aterrorizarnos. Tan pronto olvidaron en los medios lo que se presentaba como el virus más letal en la historia de nuestra sociedad. Rápido quedó demostrado lo que sosteníamos los que ni por un segundo dudamos, que el virus de la influenza no era sino manipulación de las más sucias para rescatar al pan y al pelele del desastre electoral.
Y nuestro pueblo acude cada noche a la cita con la pantalla que desde una posición estratégica en el espacio del hogar nos atraganta de violencia explicita o implícita, que nos atosiga de religión sin darnos misa, y nos introyecta del más terrible conservadurismo a través de seres detestables llamados absurdamente actores, actrices, conductores, comentaristas, analistas, deportistas, y hasta de dibujos cada vez menos animados. Payasos sin gracia. Bufones de quinta categoría. Ni distraen, ni informan, ni hacen reír con alegría, ni inducen valores que nos hagan libres y felices. Nada de eso. Solo nos idiotizan. Nos estrujan la cabeza en inglés o en español, con series o telenovelas, con futbol o con espots, con noticias o comerciales. No nos dejan nunca descanso, pero nuestro pueblo sin falta acude con puntualidad a recibir su dosis.
No dejan espacio sin llenar.
Hace pocos días a uno de nuestros destacados constructores de espejos donde nos supimos mirar miles, ya muerto, le organizan ellos su velorio. Al fin muerto ya no les estorba. Que cinismo al hacer parecer como un pesar para ellos la muerte de nuestro poeta Benedetti. Al ver su simulada cara triste de estos imbéciles en la pantalla dan ganas de ir y encontrarlos y decirles este muerto es nuestro, no de ustedes. De ustedes tampoco son todos los poetas, guerrilleros, luchadores sociales, dirigentes políticos, acontecimientos históricos que antes persiguieron y que hoy, muertos o pasados, convenientemente recogen, ¡miren nada más! para apropiárselos en la televisión.
Ellos definen todos los comportamientos. Nos dicen lo bueno y lo malo. A los que nos asumimos distintos nos ordenan como serlo. Si vamos a ser izquierda y oposición, nada de andar luchando por justicia, sueños, utopía. Nada de andar siguiendo a un dirigente que enarbola nuestra aspiración pacífica pero enérgica por condiciones distintas, no. Si queremos ser distintos y organizar de manera distinta al mundo, ellos nos dicen cómo debemos hacerlo. Ellos nos dicen con qué partidos, con qué candidatos, que tipo de organización. Ellos se dan a la tarea de ponerle rostro y cuerpo a nuestra necesidad de construirnos alternativas. Nada de andar siguiendo a ese loco de Andrés Manuel; si quieren luchar sométanse al formato de la niña cocinera con el perrito faldero de calderón (llamado Jesús Ortega) al que acompaña en su lanzamiento al estrellato televisivo que buscara la candidatura presidencial por la “izquierda” electoral en 2012, no para ganar sino para hacer el peor de los desmadres, que para eso se pinta solo, y abortar una fuerza arrolladora de esa formación política con el único candidato que puede encabezarla, nuestro Presidente Legítimo.
Los políticos, los intelectuales, los académicos de izquierda no quieren decirlo, porque ello les obliga a abandonar su muy constante cómoda posición, pero estamos muy próximos, sino que ya metidos, en un autoritarismo peor que el del PRI. El pueblo no tardará en darle el verdadero nombre a este régimen que converge a una clase empresarial conservadora, a un clero fanático y a un ejército cada vez más actuante en la autoritaria forma de gobernar.
Mañana, día electoral será una batalla importante para nuestro movimiento de resistencia civil. Pero solo serán escaramuzas en algunos lugares en relación de la verdadera batalla que libraremos en 2012 como resultado de la construcción del amplio movimiento popular que arropará a López Obrador y de las luchas sociales (a veces electorales) que iremos dando en estos tres años.
Ojalá y la gente valore la importancia de que nuestro movimiento gane las elecciones en varios lugares. Son emblema: Iztapalapa (donde independientemente del resultado, ya se derroto al caballo de Troya llamado nueva izquierda). Ecatepec (el municipio más grande del país, donde el chatarrico gobernador peña nieto se ha encaprichado en ganar para sus vanidosas aspiraciones hacia la presidencia de la república, y capricho para el significa fraude), el D.F. completo como baluarte de nuestro gran movimiento. Y muchos distritos y municipios del país donde van como candidatos compañeras y compañeros que bien valen la pena ser votados.
Esta noche de este neoliberalismo ultraconservador de Felipe el pelele aún resistirá un tiempo al amanecer.