viernes, 19 de junio de 2009

Caso Iztapalapa, Alquimia Jurídica


Una vez agotados los mecanismos de impugnación al interior del PRD, Silva Oliva, precandidata de Nueva Izquierda acudió al Tribunal Electoral del Distrito Federal, éste a pesar de haber anulado 25 casillas, resolvió en favor de Clara Brugada. Más tarde Oliva acudió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

El Proceso
El 15 de Marzo se realizó la elección interna.
Clara Brugada resulta ganadora y Silva Oliva se inconforma en las instancias del partido.
El PRD valida el resultado de la elección.
Oliva acude al TEDF, anula 25 casillas, las cuales no son suficientes para revertir el resultado.
El 22 de mayo, Oliva llega a la sala regional del TEPJF
Los ministros tardan 10 días en decidir que el asunto Iztapalapa es de interés nacional
Se tomaron otros 10 días en resolver en favor de Silvia Oliva.
El TEPJF anula 47 casillas, cuidando que no llegue al 20% de la votación lo que hubiera anulado la elección. No obstante, 26 de esas casillas eran del encarte que ellos ya habían avalado, lo que pone en duda la validez jurídica de la anulación.
De esta manera, Clara Brugada entra al tribunal con una ventaja de 5 mil votos y sale con 700 votos en contra.


El argumento
El sustento jurídico que da el tribunal es el reglamento interno.
Se señala que al menos un integrante de la mesa que recibió la votación en esas 47 casillas no era miembro del PRD.
El reglamente interno establece que nadie que no sea militante del sol azteca puede recibir la votación. Lo que no dicen es que la votación fue abierta a la ciudadanía, en lugares donde no llegaron los funcionarios se eligió de la fila a los funcionarios de casilla.
Es decir, el argumento jurídico fue el reglamento interno y no irregularidades en la votación. La voluntad ciudadana se expreso libremente.


Entonces, ¿Hubo intencionalidad política en la resolución del tribunal? ¿Tu qué opinas?

Voto en Blanco... De la anulación personal a la anulación del Tribunal

Compañeros del MCM comparto con ustedes una carta enviada a los integrantes del programa Primer Plano que participaron en la trasmisión del día 15 de junio…

José Antonio Crespo, Sergio Aguayo, Francisco Paoli Bolio y Lorenzo Meyer
Primer Plano

Con regularidad e interés veo el programa Primer Plano, son tan pocos los espacios mediáticos donde los temas de interés público se tratan sin tanto amarillismo y con información, que este tipo de programas resultan ser gratificantes. No obstante, la emisión de 15 de junio me dejó un tanto insatisfecha.
No es sólo una cuestión de contenido sino de lógica en la exposición del mismo. En el primer tema escuchamos la defensa sobre el legítimo derecho a anular el voto. La discusión se centró en lo que a todas luces es irrebatible, el sistema político mexicano es absolutamente corrupto, lleno de impunidad y alejado de la gente. Los partidos como parte fundamental de ese entramado de poder pelean por mantenerse no entre la gente sino entre la clase política. Asumen lo que todos han enfadosamente llamado democracia, juego de representantes y representados. Así el voto nulo está dirigido a “llamar la atención” de todos los partidos, a demostrarles que con nosotros no se juega, que los ciudadanos estamos hartos de que cada proceso electoral sea exactamente el mismo circo… en fin… razones parecen sobrar. No obstante y por increíble que parezca esa estrategia sólo fortalece a “grandes” partidos. Sí, esos a los que intentamos decir “ya basta”.
Tan claro resulta, que los propios proponentes del voto nulo, como José Antonio Crespo, han señalado en más de una ocasión sobre la legalidad de la acción y la incidencia de la misma en el sistema de partidos. Entre mayor número de votos, sean nulos o no, la posibilidad de los partidos “pequeños” por sobrevivir será menor. Es decir, PSD, Convergencia, Verde, Panal y PT, estarían en riesgo de perder su registro. Sin embargo, ingenuos seríamos en creer que el verde o panal, institutos protegidos y promovidos por el mismo sistema (PRI-PAN) están en riesgo… En cambio, no resulta descabellado pensar que la derecha utiliza infinidad de recursos para eliminar a quienes considera enemigos políticos. En esa circunstancia están PT y Convergencia, desde la reforma electoral de 2007, la prohibición para establecer coaliciones y la obligatoriedad de los “pequeños” partidos a demostrar su “representatividad” entre los electores. Ambos son el objetivo de dichas medidas. Al ver este escenario, me preguntó cuántas veces los ciudadanos sin periódico, ni radio ni televisión hemos sido postrados al silencio, a la rabia sin oídos, a la oscuridad. Nuestras demandas ciudadanos aún fuera de los periodos electorales son, simplemente, ignoradas. Entonces, por qué a menos de un mes de la elección, el concierto mediático retoma de la web la promoción de la nulidad. Que tan legitima es la promoción, no el hecho en sí mismo, sino la campaña en pro del “castigo” a través del voto en blanco.
En uno de los siguientes bloques, el tema fue la “nueva” pugna al interior del PRD por el caso Iztapalapa, de cómo sus “tribus” se despedazan para mantener sus privilegios, esos que se quieren denunciar con el voto nulo, según dijo Crespo. Se requiere una izquierda que sepa resolver sus conflictos, increpó Aguayo, no una que se destruya a sí misma. A excepción de Lorenzo Meyer, el resto se enfocó en el conflicto que el sol azteca viene arrastrando desde la elección interna que concluyó con la resolución del tribunal electoral que dio a Jesús Ortega la dirigencia nacional de ese instituto político.
No obstante, había otra lectura del tema que simplemente fue ignorada. La nota es: el Tribunal Electoral decidió, a tres semanas de la elección, anular la candidatura de Clara Brugada para imponer a Silvia Oliva, esposa de René Arce y candidata de Nueva Izquierda a jefa delegacional. El tribunal en sesión nocturna decidió anular 47 casillas y con esto dar el “triunfo” a Oliva con una supuesta ventaja de 700 votos. Decisión que, tal vez sobra decir, es irrevocable. Con los tiempos encima, el PRD del DF debe registrar a Oliva como su candidata, Brugada ya no puede participar por otro partido, y encima de todo, su nombre quedó grabado en las boletas electorales, lo que significa que “Brugada” será la mayor promotora de Oliva.
Entonces, ¿la voluntad ciudadana que tanto defienden los que promueven el voto en blanco es más importante que la voluntad ciudadana que opta por una opción política? ¿El tribunal puede anular la voluntad de miles de ciudadanos e imponer candidatos? Si nos quejamos que los partidos políticos no nos consideran para la elección de candidato pero nos parece permisible que el tribunal lo haga ¿acaso nos falta información o lo hacemos con dolo? ¿Es legítimo quitarle su identidad política a Clara Brugada pues su nombre impulsará una candidatura que evidentemente no apoya? ¿Acaso no les parece grave que los ciudadanos voten por Brugada y sea Oliva quién ocupe el cargo? El caso Iztapalapa no es sólo un “conflicto interno” del PRD viene de una instancia externa, ajena a sus procedimientos. Tristemente sólo me queda preguntar ¿Por qué minimizaron lo importante?

Por Claudia Castañeda G.