Compas del MCM:
Aunque es muy difícil planear en un colectivo como el nuestro siempre será mejor hacerlo que no hacerlo.
Haber mantenido ciertos niveles de cohesión a lo largo ya de casi 4 años es mínimamente algo destacable, aunque luego algunos de nuestros mismos compañeros no lo deseen reconocer. Un año de campaña electoral y tres años de resistencia se puede decir fácil pero transitarlos en medio de tanta confusión es una hazaña.
¿Cuántas experiencias hemos vivido a lo largo de este tiempo? Muchas.
Hay algunas de las que hemos aprendido y otras que de las que no hemos sacado ningún provecho para la acumulación de habilidades y nos hacen cometer idénticos errores.
En medio de una serie de relaciones políticas basadas en la transa, la compra, la trampa, el protagonismo, la grilla, la arrogancia, la flojera, la simulación, la renuncia a la dignidad, la búsqueda de puestos y cargos, y todas esas prácticas tan comunes, y que a casi toda la gente le parecen tan normales, sobrevivir como un colectivo con valores y principios distintos es muy complicado y, hay veces, francamente casi imposible.
Finalmente no puede uno sustraerse tan fácilmente de toda la inmundicia que la política tradicional ha sembrado por todo el ambiente.
¿Cómo lidiar con el imán de los partidos políticos que ofrecen candidaturas, cargos y chamba?
¿Cómo eludir la pepena de las mafias-corrientes partidistas que apenas ven que alguna compañera o algún compañero llegan a medio destacar en la práctica política y les apuntan para la cooptación?
¿Cómo evitar las posiciones intelectuales y de supuesta libertad de pensamiento de algunos compañeros que terminan en una chocante arrogancia que llega a hacer que alguna gente en verdad se crea que sabe y es más, de lo que en realidad sabe y es? Hay quienes incluso en la resistencia practican el deporte de cuestionar todas las posiciones de nuestro Presidente Legítimo sin tener el cuidado de desplegar en el análisis todos los elementos que determinan la coyuntura en la que se toman las decisiones y se manifiestan las posiciones. Negándole además el reconocimiento de definirse como de izquierda porque según en ellos en términos clásicos no cumple con los requerimientos teóricos para serlo.
Como darle la vuelta a la cooptación de compañeros por parte de reales o supuestos colectivos de la resistencia que parecen muy atractivos por su discurso pero cuya practica no sale de los círculos de lectura (a manera de templos religiosos dominicales) pero que escaso vinculo tienen con la realidad de la comunidad y mas bien solo resisten en la realidad de la comodidad de moverse con los que de por si convencidos ya están. Hay un desprecio implícito de algunos compañeros al trabajo de campo justificándose en la idea de la división del trabajo político. Si yo escribo, si yo expongo las ideas, si yo solo soy decidor de que es bueno y malo ni me molesten con ponerme a repartir periódicos, hacer asambleas, o ir a reuniones de organización, mi labor es de intelectual y de critico, dicen ellos, y si no lo dicen lo piensan, y lo practican.
¿Cómo evitar esa misma comodidad de solo actuar o refugiarse en la ciudad de México pero soslayar el enfrentamiento con el verdadero monstruo que despacha en la capital del Estado de México? La resistencia civil pacífica termina muchas veces por solo manifestarse de manera centralista.
¿Cómo hacer para evitar las actitudes que visten, dan prestigio, al decir “participo en Flor y Canto”, “participo con Jesusa”, “participo con Noroña”, “participo en el hemiciclo”, “participo con Froylan”, etc. para pasar a decir participo en mi municipio, en mi comunidad, en mi estado? Siempre es más fácil hacer donde otros se han encargado de empezar que empezar desde la nada y construir desde el principio. Es más fácil vencer al conservadurismo y a la derecha en el DF que en el Estado de México. El problema es que a nosotros no nos toca el DF sino el Estado de México.
Es más fácil asistir a los círculos, a las conferencias, a las presentaciones de materiales que otros hacen, que hacer nuestros propios círculos, elaborar nuestros propios materiales y enfrentar a nuestros enemigos en el terreno que tenemos asignado.
Pero no solo eso, hay quienes a pesar de comprobar una y otra vez la imposibilidad de la transformación transformando a los partidos políticos se empeñan una y otra vez en estar ahí, pelear ahí, aceptar la sumisión que corrientes y partidos imponen, sin comprender que eso es pérdida de tiempo. Los partidos políticos con registro son irreformables. Pretender que el PRD, el PT o Convergencia cambien es como pedir que cambien el PAN o el PRI. Reconocemos que en determinadas circunstancias los partidos de izquierda pueden ser instrumento del movimiento, pero de ahí a entregar nuestras fuerzas e inteligencia a su reformación es como tener 30 años (sin ser poeta) y pensar que las tres estrellitas que se ven juntas en el cielo en diciembre son los príncipes que algún día llegaron al medio oriente.
Cuantos compañeros de la campaña, pero cuantos más ya luego como MCM manifestaban no tener tiempo para construir desde esta opción ciudadana una práctica política con miras de largo plazo sin poner en el centro su propia persona como opción de candidatura; el argumento (argumento escuchado millones de veces en las luchas) de que no se tiene tiempo y que luego los hemos visto con mucho tiempo y disposición participando con actitud casi febril en la búsqueda de cargos y candidaturas en las corrientes y partidos. Hay quienes no disponen de un minuto para la organización ciudadana, para la formación política porque les quedan lejos los lugares de reunión, porque no tienen para el pasaje, etc, pero si su corriente política los cita en la Conchinchina ahí están y puntuales aunque no los dejen hablar, ni decidir, sino solo los convoquen para levantar la mano a favor de un líder que después ira a negociar con las otras corrientes, con el pri o con el pan la fuerza de su corriente.
Dicho lo anterior y sabiendo que vivimos uno de los momentos más difíciles en esta historia reciente de la lucha, convocamos a las compañeras y compañeros que aún quedamos activos en este colectivo de la resistencia que se practica en el Movimiento Ciudadano Mexiquense a:
Hacer el ejercicio anual de decidir la continuación de la pertenencia y mantener la participación en este colectivo libre, horizontal, crítico, comprometido, ajeno a protagonismos, eficiente, anti grillo.
Platicar con los otros compañeros de su colectivo municipal y obtener conclusiones sobre estos puntos, y desde luego sobre otros que deseen agregar.
Ø Revisar programa de reuniones de este año del Movimiento Ciudadano Mexiquense
Ø Importancia de reagrupar a compas que han dejado de asistir o buscar nuevos y nuevas compas.
Ø Reforzar espacios de formación y capacitación. Mantenemos esta opción de trabajo formativo e informativo mensual o innovamos formas a partir de propuestas viables.
Ø Buscar reunión con AMLO este año. Quizá se importante que AMLO visualice un poco más a los diferentes colectivos que participamos en el estado, uno de ellos el nuestro. No todo son las estructuras del Gobierno Legítimo. Existimos otros actores que, discretos pero aquí estamos. No se trata de protagonizar sino de que sepa él directamente que puede contar con otros factores a su favor en la difícil lucha política en la cuna de la mafia priista.
Ø Lanzar iniciativa de reunión de colectivos ciudadanos. Es muy buen tiempo para construir identidad entre los colectivos de la resistencia más allá del hemiciclo, Noroña, jesusa, flor y canto y los círculos de estudio. Si actuáramos, independientes, pero coordinados en golpear hacia un solo lado, sería mucho más benéfico para los fines del movimiento a que cada quien ande dando golpecitos que no hacen tambalear al enemigo. Quizá no lo hayamos entendido todos a pesar de que llevamos año y medio diciéndolo, pero el Estado de México será definitivo en 2012. Entonces no andemos perdiendo el tiempo en el DF cuando nuestro estado está a merced del PRI.
Ø Reforzar línea de economía solidaria (definir tareas).
Ø Adscribirse a la asamblea de resistencia popular. No debemos perder una de nuestras mejores características: la solidaridad. Las iniciativas del SME han tenido gran eco entre muchos sindicatos, organizaciones, colectivos, etc. nosotros casi siempre estamos pero no hemos sido capaces de hacerlo articulados como MCM.
Ø Reforzar los espacios de información y comunicación del MCM, el blog y el boletín andares, con materiales municipales. Parecerá necedad pero necesitamos socializar más las atrocidades que PRI y PAN hacen en lo local. La propaganda de los medios hace parecer que vivimos un paraíso en el Estado de México. Lo más duro que le ha ocurrido a Peña Nieto es que la mamá de Lucero se haya casi desnudado en un video. Pero a nosotros nos da una flojera infinita tomar lápiz y papel o la computadora y escribir lo que en nuestro entorno ocurre. No hay punto del Estado de México que no haya sido tomado por la delincuencia, no hay municipio en el que la miseria no esté a flor de piel. Diario se cometen atrocidades por parte de las autoridades y nosotros los críticos y conscientes no lo hacemos público. Preferimos estar enviando cadenas y cadenas de correos sin sentido. Nos metemos horas al chat que no construye un solo centímetro de cimiento de organización. Hagamos del conocimiento del universo entero que el desequilibrado mental que gobierna el estado nos tiene secuestrados con la televisión mientras la descomposición social en el Edomex es interminable. Escribamos pues.
Ø Todo contra Peña Nieto. Como podemos echar a andar un modesta estrategia desde nuestras escasas fuerzas pero enorme voluntad que vaya creciendo para impedir el arribo del consentido de la televisión al poder federal.
Ø Mejorar relación con Gobierno Legítimo
En la segunda reunión de año proponemos que se revisen estas líneas. Y otras que emanen de los municipios.
Por lo pronto el domingo habrá reunión en Ixtapaluca. La primera del año. Ahí nombraremos a la comisión que organice la reunión de febrero. Revisen la dirección en su correo.
Luis Enrique Rios Saucedo
viernes, 22 de enero de 2010
Nuestra Hazaña
Primera reunión de 2010
1. el domingo 24 de enero a las 12 hrs en el Municipio de Ixtapaluca es la 1era reunión mensual del Movimiento Ciudadano Mexiquense.
2. La reunión será en Av, Cuauhtemoc esquina Otumba. Es en el Centro de Ixtapaluca. Se encuentra a un costado de donde se ubicaban las oficinas de Luz y Fuerza del Centro , de hecho es en la siguiente puerta.
Viniendo de los reyes hacia Ixtapaluca esta a mano izquierda frente a la plaza comercial galerias
Como a 15 minutos de la tienda del IMSS en donde han sido las reuniones anteriores.
3. En la reunión el tema principal correra a cargo de compañeros abogados que están asesorando al SME. Principalmente en relación a las quejas y amparos que podemos hacer los consumidores.
4. Además abordaremos
Información del Gobierno Legítimo, que yo tengo que plantearles y que es muy importante.
La Planeación de nuestras actividades como MCM en este año.
5. Suplicamos que no falten pues en varias ocasiones los compañeros del municipio sede se esmeran en recibirnos y no se llega. Además, con todo el respeto que merecen, varias veces las causas de la inasistencia son salvables y se pueden dejar para otros momentos. También es posible que algunos ya no deseen participar y sería muy de camaradas decirlo.
Luis Enrique Rios Saucedo
Alianzas en Hidalgo y Oaxaca
Miguel Ángel Granados Chapa
El diario Reforma convocó a Xóchitl Gálvez y a Gabino Cué a una mesa redonda sobre alianzas electorales en los estados de Hidalgo y Oaxaca, de donde son oriundos. El periódico presentó una fotografía en que los dos, sonrientes, alzan el pulgar de su mano derecha en señal de triunfo. Cada uno podría encabezar las coaliciones que se aprestan a formalizar la mayoría de los partidos opositores, entre ellos el PAN y el PRD. El potencial de una conjunción de fuerzas de esa índole ha quedado dibujado por la reacción de priistas eminentes, que las descalifican pretendiendo en realidad exorcizarlas: "engendro contra natura", las llamó Manlio Fabio Beltrones; "perversas" dijo Enrique Peña Nieto, ducho en practicar las que verdaderamente lo son. Y es que el partido del que ambos buscan ser candidatos presidenciales podría ser desplazado en esas entidades por esa unión de fuerzas y por lo tanto aminorar la expectativa de que el PRI retorne a Los Pinos en 2012.Cué es senador de la República. Ganó su curul en 2006 con más de 600 mil votos, monto casi igual a los sufragios sumados de sus adversarios del PAN y del PRI. Es claro que su capacidad de convocatoria personal se consolidó con el magnético efecto López Obrador, pero ya dos años atrás había tenido una amplia votación en la contienda en que las autoridades electorales concedieron el triunfo a Ulises Ruiz. Éste obtuvo 474,758 sufragios, el 47.2 por ciento, mientras que Cué alcanzó 448,254, el 44.6 por ciento, es decir hubo un diferencia de sólo 26,504 votos, menos del tres por ciento del total. Entre otras trapacerías para lograr ese resultado, Ruiz y el gobernador saliente José Murat consiguieron que el PRD se dividiera y que su líder en el Istmo, Héctor Sánchez, acudiera a la contienda con un partido local, Unidad Popular, que obtuvo 41,257 votos. El resultado permite conjeturar que sin ese factor la victoria hubiera sido para Cué.El ahora senador oaxaqueño fue apoyado entonces por el PAN, el PRD y Convergencia, partido al que se afilió tras su salida del PRI. Entonces el PT se alió al partido oficial. Si esta vez la alianza se consuma, con Cué como candidato, resultados que van de la mano, es previsible que el ensanchamiento de la coalición (pues ahora el PT entraría en ella) y el desprestigio de una opción como la de Unidad Popular asegurarían el triunfo opositor, pese al despliegue de recursos de toda índole que Ruiz puede efectuar. Oaxaca es, así, un caso probado de la eficacia de una alianza entre partidos que contienden entre sí pero se unen en pos de un objetivo específico, como es librar a esa entidad de gobiernos como los dos anteriores.En Hidalgo no ha habido una coalición de ese alcance. En 1998 se frustró un intento de construirla. Pero existen hoy mucho mejores condiciones para consolidarla. Y, sobre todo, está en el centro del escenario una mujer que con su fuerza personal y el apoyo de los partidos mencionados harían realidad la vieja aspiración de sustituir al PRI en el gobierno del estado, a fin de emprender políticas favorables a la mayor parte de la población, que cuenta entre las más necesitadas de la República.Por ese motivo, por su carisma anunciador de éxito electoral, se ha convertido en blanco de acciones ruines. Circuló el fin de semana un impreso en donde, con obvia intención de desprestigiarla, se la presenta como propagandista del uso del condón. Y el miércoles fueron adquiridos casi todos los ejemplares de la edición pachuqueña del diario Milenio, ostensiblemente porque contenía el resultado de una encuesta que la presenta como la precandidata más conocida y digna de apoyo.En principio, la alianza ha sido aprobada por los comités nacionales de los partidos, y por la coordinación del DIA, el frente formado por el PRD, el PT y Convergencia. Es decir, idealmente debería ocurrir lo que está en curso en Oaxaca, en que nadie disputa a Cué la candidatura por la evidente fuerza de su postulación. Pero en Hidalgo los dos senadores de mayoría, que lo son por el mencionado efecto López Obrador, y de ningún modo porque generen un amplio asentimiento ciudadano, buscan un procedimiento interno que favorezca sus pretensiones.Se trata de José Guadarrama y Francisco Xavier Berganza. Éste pasó de la farándula al escenario político sin transformación alguna, por lo que puede decirse que sigue siendo sólo un tonadillero. En 1997 el PAN lo hizo diputado, y candidato a gobernador al año siguiente, cuando se fracturó con malas artes la desde entonces necesaria coalición. Pero Berganza, que tenía corazón tricolor, salió del clóset y se ostentó como priista en la campaña de Francisco Labastida. Luego de peripecias personales que lo hicieron sujeto de juicios penales, reapareció como dirigente local de Convergencia y, en ese carácter, formó parte de la fórmula lopezobradorista de candidatos al Senado que resultó elegida por la potencia del candidato presidencial.La también sinuosa carrera de Guadarrama es más conocida. Protagonizó en el PRI no pocos episodios de la guerra sucia con que ese partido ganaba elecciones, a pesar de lo cual el PRD, que contó entre sus víctimas, lo acogió en sus filas y lo hizo candidato a gobernador y a senador. No cuenta con asentimiento pleno ni siquiera en su partido, donde lo conocen y temen. Pero con auxilio de Nueva Izquierda se empeña en encabezar una coalición imposible si es el candidato.En cambio Xóchitl Gálvez tiene una carrera limpia. Por eso la agreden. Cajón de Sastre Después de 10 años de colaborar con la agencia Notimex, no siempre con retribución, Teresa Gurza fue despedida sin explicaciones. Las pidió al propio presidente de la República sin obtenerlas, hasta que se le habló de una "reestructuración" del servicio editorial. Ahora se ha enterado de las causas. Alfonso Millares, ex funcionario de la agencia, que presumiblemente no es del gobierno sino del Estado, dijo a Ruth Esparza Carvajal, de la revista etcétera, que "el año pasado Sergio Uzeta me pidió suspender a todos los editorialistas... Una de las razones fue porque Teresa Gurza, que es una periodista muy aguerrida, mandaba colaboraciones que le pegaban al Presidente o al gobierno federal... y para que no se viera que solamente era ella la que se iba, me pidieron que despidiera a todos". miguelangel@granadoschapa.com
AMLO en el Colegio de México
La sociedad civil en el socialismo real
Desde esas trincheras, renunciando de oficio a autores e ideas porque cincuenta o cien años atrás, con razón o sin ella polemizaron con Marx o Lenin, incluso con Stalin, como son los casos de Proudhon, Plejanov, Rosa Luxemburgo y Gramsci, entre otros, para no hablar de Trotski o Eugenio Preobrazhenski, eran recibidas las tesis filosóficas y políticas, incluso las interpretaciones no ortodoxas del marxismo que casi siempre procedían de la izquierda como fueron las de Althusser.
Con esas dudas y con aquella desconfianza recibió la intelectualidad académica marxista el relanzamiento del concepto “sociedad civil” al que se consideró como parte del diversionismo ideológico; caracterizado por esfuerzos para camuflar ideas burguesas y confrontar la pretensión de los círculos occidentales de introducir confusiones en la izquierda marxista para debilitar desde dentro al entonces existente socialismo real.
En un nivel teórico más elevado, donde la tolerancia es más visible, el uso del término se descartaba por considerarlo científicamente ocioso debido a su contenido pre científico que había sido trascendido por el “Materialismo Histórico” de Marx y por su afirmación de que: “La anatomía de la sociedad civil había que buscarla en la economía política…” En ese entendido el enfoque clasista hacía ocioso aquel concepto.
De todos modos, ese como otros desarrollos que aludían al “Joven Marx”, la “Teoría de la Convergencia”, la “Sociedad Post Industrial”, el estructuralismo, la noción del subdesarrollo de André Gunder Frank y las tesis de Marcuse que relanzaban a Freud y otras, se impusieron y junto con ellas circulaban las ideas de Trotski y los debates en torno a Brest-Litovsk, la Revolución Permanente y la Nueva Económica, el Eurocomunismo y otros. Todo ello sazonado con una más menos discreta crítica a Stalin, que todavía hoy, ciertos círculos no han asumido.
El rechazo al examen de aquellos asuntos condujo a un empobrecimiento no sólo del debate teórico, sino también de la investigación y de la docencia universitaria, especialmente en las áreas de humanidades. En merito al papel de la cultura en la batalla ideológica y de la pertinencia de la innovación y la pluralidad de enfoques, habría que subrayar que a la postre, ninguna de aquellas ideas fue contrarrevolucionaria y ninguna contribuyó al fin del socialismo que llegó de donde menos cabía esperarlo.
De todos modos quienes indagaron pudieron viajar hasta la prehistoria para enterarse que el término “sociedad civil”, utilizado como antítesis de la “sociedad oficial”, en épocas preindustriales formada por la monarquía y la Iglesia, era ya utilizado por Aristóteles, por los enciclopedistas franceses y por Hegel, que lo empleaban para designar no a individuos o estratos sociales, sino más bien a espacios en los cuales, de modo entonces muy limitado, se podía escapar a la opresiva presencia del poder legal y espiritual y asumir posiciones o proyectos diferentes a los establecidos en los cánones.
Adoptado por el liberalismo, el término asumió una connotación típica de esa corriente ideológica que lo asocia todo a la cuestión de la libertad individual, no en el sentido de oposición al Estado, a quien reconoce una capacidad reguladora legítima, sino a las ataduras que obstaculizan la iniciativa, principalmente económica.
Naturalmente que bajo el imperio del liberalismo en Europa y los Estados Unidos, sobre todo en la postguerra, con la elevación del bienestar y el establecimiento de una cierta “paz social”, el Estado burgués replegó sus aristas más represivas, ampliando de hecho los espacios de la sociedad civil.
Mientras esto ocurría en occidente europeo que traumatizado por la experiencia fascista se tornaba permisivo y tolerante, siempre y cuando no se atentara contra las bases del sistema, en la Unión Soviética y en los países del socialismo real ocurría exactamente lo contrario y luego de la derrota de Hitler y superado los momentos más difíciles de la reconstrucción, incluso después de la muerte de Stalin en 1953 y del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, la apertura no llegó.
Todo indica que la dirección soviética no se percató nunca de que las consignas que habían funcionado en la época del triunfo bolchevique y en los años duros de la agresión y la ocupación nazi no eran pertinentes en los años 60, 70 y ochenta. La ceguera impidió incluso atender los avisos que significaron los levantamientos de Hungría y Polonia en los años cincuenta, el reformismo húngaro, las divergencias yugoslavas y la crisis del 68 en Checoslovaquia, que terminó con los tanques del Tratado de Varsovia rodando por las calles de Praga.
Al asumir que el Estado y el partido comunista que son entidades estrictamente políticas, eran capaces de representar los intereses de todos y cada uno de los integrantes de la sociedad, se incurrió en el absurdo de considerar que las personas viven en una sola dimensión y carecen de proyección propia.
Consciente de la contradicción que representa desatar la energía creadora de las masas e incentivar la participación sin permitir una expresión decisoria, no ya sobre los destinos del país sino sobre los de cada individuo, sobre su vida y la de su familia, se creó un “sistema de organizaciones populares”, esfuerzo que resultó fallido al atenerse a la receta de que se trataba de “correas de transmisión”.
Todo indica que entonces hubiera bastado gobernar y ejercer la dirección de la sociedad con realismo y de entender que en todas las épocas el cometido esencial de las vanguardias políticas auténticamente populares es atender los reclamos de las masas y los intereses del pueblo, no al revés.
Si en lugar de orientar a las masas, los partidos y los gobiernos se hubieran orientado por ellas, otra pudo ser la historia. Tal vez el pueblo soviético nunca quiso el fin del socialismo ni desearon la desaparición de su país. O bien ocurrió que los partidos y los gobiernos del socialismo real no se percataron de que las sociedades habían cambiado o no cambiaron ellos. Para el caso es lo mismo.
México está en la antesala de su tercera revolución
MEXICO, D.F., 1 de enero.- La pregunta es si esa revolución será pacífica, con un cambio de actitud y una refundación de la República que se geste por encima de los intereses que hoy paralizan a la nación…
O si será violenta, mediante la fuerza, con el alzamiento de los millones de desposeídos que no aciertan a garantizar su sobrevivencia en el presente, y mucho menos a apostar por un mejor futuro.
Veamos de la mano del escritor e historiador Francisco Martín Moreno la radiografía de las revoluciones que forjaron el México de hoy. Y con las reflexiones de los historiadores Patricia Galena, Enrique Serna y Alejandro Rosas, evaluemos las similitudes de las condiciones que nos permitan comprender los cambios que se avecinan. Analicemos…
A nadie escapa que los esquemas políticos, económicos y sociales que experimentó el país en el siglo 20 están agotados, caducaron. Ya no responden a las exigencias de los tiempos.
Las estructuras forjadas en el centralismo político que manipula la democracia y en las prácticas monopólicas de una economía que simula libre competencia, no dieron los resultados suficientes para cerrar la brecha social.
En el amanecer de 2010, 100 años después de la Revolución y 200 años después de la Independencia, se reciclan los vicios que provocaron aquellas revueltas y que hoy crean un caldo de cultivo propicio para el sacudimiento del sistema y, por ende, de la nación.
Los reclamos de la autonomía fiscal, que fueron el detonante de la Independencia, se espejean en el centralismo tributario de un gobierno federal insaciable, obeso e ineficiente.
Un gobierno que primero alimenta su elevada burocracia y luego utiliza los sobrantes para comprar las voluntades de los nuevos caudillos regionales, los actuales gobernadores.
Las exigencias de un sufragio efectivo, las mismas que detonaron el estallido de 1910, vuelven a estar vigentes frente a una partidocracia que con sus reglas a modo, secuestra al sistema político e impide que cualquier mexicano aspire a un cargo de elección. Tiene que ser bajo sus siglas, sometido a sus reglas.
Los asientos legislativos que deciden, los que tienen poder real, no se ganan en las urnas. Se pactan como plurinominales desde las cúpulas que están cooptadas por los poderes fácticos. Y los votos que deciden el triunfo en muchos casos no son los de los ciudadanos, sino los de los sindicatos que operan al servicio del mejor postor. ¿Quién representa en la actualidad a los mexicanos? ¿El Congreso…? ¿Quién escucha y acata sus deseos?
Un puñado de notables deciden, como si fueran amos y señores de la colonia o el porfirismo, el juego político, económico y mediático que les permite imponer sus condiciones por encima del interés público. Los beneficios son de los pocos que tienen más. Y los que pagan tributos fiscales o el sobreprecio de bienes y servicios son los muchos que poseen menos.
Y los desequilibrios se asoman en una nación que 100 años después de su gran revolución no es capaz de tejer, más allá de sus reciclados discursos, un horizonte de esperanza para sus desposeídos.
El padrón que en los últimos años ganó más adeptos no es el de los electores, o el de los emprendedores, o el de los creadores de riqueza, o el de una clase media en crecimiento o el de los mexicanos con más y mejor educación. El padrón que más creció fue el de los pobres.
Cien años después de la revolución que reclamaba la justicia social, uno de cada dos mexicanos está inscrito en la ignominiosa lista bajo el sello de “pobre”. La viabilidad del país está en riesgo.
Más aún cuando existen dos poderes que se instalan por encima de los que en legitimidad deberían gobernar a la nación.
Uno es el poder del neoporfirismo. El dominio de una casta privilegiada que se entronizó en la política y en la economía tras 70 años de priismo. Una élite política y económica que cerró filas en torno al neoliberalismo salinista que hoy continúa imponiendo su voluntad en el quehacer nacional.
Los mismos nombres que se heredan los asientos legislativos, los mismos nombres que dominan los negocios públicos y privados , los mismos nombres que, instalados en cotos sindicales, cobran cara su protección. Otro es el poder del neovillismo. El de un puñado de bandoleros etiquetados como narcotraficantes, los miembros del llamado crimen organizado, que imponen su ley por encima del Estado.
Con la diferencia de que al menos Francisco Villa esgrimía una causa social para justificar su calidad de bandolero. Los neovillistas de hoy no solo compran al sistema en todos sus niveles.
Lo más doloroso es que corrompen la salud nacional promoviendo las adicciones.
Y la movilidad social, que fue el detonante del crecimiento y la consolidación de una clase media entre los años 50 y 80, está congelada. Se trabaja no para crecer ni para hacer patrimonio, sino para sobrevivir atrapados en una espiral de ciclos de crisis sobre crisis.
Y todo este proceso se da mientras que en las aulas nacionales se incuba la mediocridad y la resignación. El sistema educativo no es ni creativo ni productivo. Es una mal aceitada maquinaria de control político incapaz de preparar profesionistas mexicanos de clase mundial.
El modelo se agotó con Luis Echeverría en la Presidencia. Los primeros brotes de insurgencia se dieron con movimientos armados clandestinos que confrontaron el orden establecido. Pero el sistema se hizo de oídos sordos.
Ni José López Portillo ni Miguel de la Madrid pudieron rescatarlo. La frivolidad de uno y la medianía del otro apenas sobrevivieron a sus sexenios. Carlos Salinas de Gortari diseñó una revolución de instituciones con una visión que lucía casi perfecta.
Pero falló en la implementación. Y terminó atrapado en los mismos vicios del viejo sistema fincado en el control, la sumisión, la ignorancia y la corrupción.
Peor aún, las riquezas generadas por el amiguismo de su sexenio y las fortunas amasadas por los políticos de su administración son los dineros que hoy aceitan la maquinaria que blinda el statu quo que defiende sus privilegios.
El surgimiento de una incipiente neorrevolución zapatista y la moderna versión de una Decena Trágica, anticipada con los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, frenaron los avances modernizadores de entonces.
Las privatizaciones tan elogiadas por las élites nacionales e internacionales terminaron en manos de unos cuantos amigos privilegiados, y la crisis del postsalinismo, agravada en el sexenio de Ernesto Zedillo, trajo el efecto del Santa Anna neoliberal.
La banca, el territorio económico del sistema nacional de pagos, fue puesta en manos de extranjeros, un caso único en el mundo.
El petróleo mexicano terminó siendo procesado por las multinacionales, y la riqueza generada fue consumida por el gasto corriente de la burocracia.
Aunque Ernesto Zedillo entendió el signo de los tiempos y con el respeto al voto en la elección presidencial de 2000 despresurizó la intranquilidad generada por las crisis recurrentes, la transición política terminó abortada.
Vicente Fox quedó atrapado en los mismos temores de Francisco I. Madero. Sometido a los intereses que se negaban a ceder sus espacios para dar paso al nuevo modelo de nación y consultando el destino nacional en una ouija.
El horizonte esperanzador del “Sexenio del Cambio” se topó con la incapacidad presidencial para desmantelar la compleja red de intereses que, ante la falta de voluntad y decisión, volvió a manos de los salinistas.
Los modernos Limantour se adueñaron de la hacienda nacional, y los ejes del poder se mudaron de Los Pinos a los sindicatos, a los medios de comunicación, a los despachos de empresarios monopolistas y a las residencias de ex presidentes. A las de todos los beneficiados por el viejo sistema. El secuestro de Felipe Calderón desde los favores electorales priistas para legitimar su triunfo lo obligó a ceder en las urgencias de los cambios de fondo, los que demandaban una revolución de las conciencias y una sacudida a fondo de los privilegios de las élites.
Y mientras tanto la nación está secuestrada por los monopolios privados, por los sindicatos oficiales, por los partidos políticos y por el Congreso de la Unión que le restan cualquier margen de maniobra para encausar a México hacia el progreso y la libertad que, sin duda, se merece al instalarse entre los grandes en el siglo 21.
Por eso, el año 2010 que hoy se inicia va más allá de una fecha simbólica. Porque, con otros nombres, subsisten los hacendados y los jornaleros.
Porque, con distintos ropajes, sobreviven los que sienten que la nación está escriturada a su nombre.
Una nueva revolución se hace indispensable para alterar el curso de una historia que se perfila con un final muy infeliz.
Cerrar los ojos a esta realidad es apostarle a un nuevo estallido, a un nuevo levantamiento sin control. Porque a diferencia de los tiempos de la Independencia y la Revolución, hoy están dadas las condiciones para gestar no un movimiento armado, sino una revolución de la conciencia nacional.
Un cambio real y sustantivo de la actitud nacional para concretar las reformas que rompan los cercos de privilegios políticos, económicos, sindicales y mediáticos que inhiben el desarrollo de un México urgido de recuperar su posición global, que hoy va en picada.
Es curioso que sin insurgencias ni confrontaciones, naciones latinoamericanas como Chile o Brasil, con gobiernos de izquierda, están logrando en pocos años una modificación real de sus sistemas políticos y económicos, con el positivo reflejo en el combate a la pobreza y en la recuperación de la esperanza en el ánimo nacional.
Por eso, Reporte Índigo invitó hoy a Francisco Martín Moreno, uno de los escritores e historiadores más leídos de México. Para hacer una evaluación de las condiciones que se vivían en 1810, las que se tenían en 1910 y las que prevalecen en 2010.
El autor de “México Negro” y “México Mutilado” también dialogó sobre las peculiaridades de los movimientos insurgentes y las condiciones en las que actualmente vivimos con tres historiadores de primera línea: Patricia Galeana, Enrique Serna y Alejandro Rosas.
Te convocamos a que en los albores del bicentenario de nuestra Independencia y del centenario de la Revolución, reflexionemos juntos sobre dónde estamos y a dónde queremos llegar.
Sobre cómo aprovechar las vastas riquezas naturales, las inmensas extensiones agrícolas, los bosques, litorales y mares, para generar la riqueza suficiente que rescate de la miseria a millones de compatriotas.
Pero ante todo, a intentar debatir lo que es necesario hacer para evitar que se repita el ciclo violento que dominó en los últimos dos siglos. Todavía estamos a tiempo de cambiar la historia.
(Ramón Alberto Garza, director de la revista digital Reporte Indigo)
La clase que no conoció Marx
2. Cuando los dirigentes electricistas -con aprobación de su asamblea que representa a 44 mil obreros echados a la calle- confían en una comisión de “notables” para instalar un mesa de negociación sindicato/gobierno se debe a tres cosas: a) que no confían en su fuerza como obreros y en sus apoyos, b) en que aún confían en que el gobierno puede “arrepentirse” y ser “bueno” para resolver los problemas obreros y c) en que no entienden o no están de acuerdo en que la burguesía es su enemiga natural de clase, a pesar de haberla sufrido muchas veces. Piensan: ¿Qué tal si el presidente Calderón, los secretarios de Gobernación y del Trabajo, ya se dieron cuenta de sus errores y ahora están dispuestos a reconocer nuestros derechos? Y entonces entra la religión: Ojalá que así sea, que los rezos hayan tocado el corazón del gobierno y nos resuelvan bien.
3. Y continúan pensando: “No sólo consideraríamos que no nos ha perjudicado el gobierno sino que estaríamos permanentemente agradecidos a él”. Es decir, al parecer dios, la política y el capital se unen en beneficio de los trabajadores. ¿Así pensará la clase obrera de la gran industria en la que tanto cifró Marx sus esperanzas de ser la vanguardia de la revolución proletaria? O ¿es que son víctimas de sus dirigentes y del desarrollo de sus organizaciones en este capitalismo “moderno” que no alcanzó ver Marx? Esta experiencia y muchas más me lleva a reafirmar la tesis que desde finales de los años sesenta manejábamos: La burguesía sigue siendo poderosa y el pensamiento del proletariado aún es muy débil; para dominar le basta su instrumento ideológico que le sirve para engañar, mediatizar, manipular y controlar.
4. Por ese motivo hay que entender porqué en los sistemas capitalistas “democráticos y libres” se dilapidan miles de millones de pesos en campañas políticas electorales que se prolongan por varios años. Los procesos electorales sirven de enorme entretenimiento para la población que -aunque participe poco y vote sólo un 40 por ciento de los electores- es bombardeada por los medios de información (TV, radio, prensa) durante muchas horas del día, meses y años, haciendo que su mentalidad crea en “las bondades del sistema democrático y libre”. Si bien en las campañas electorales los partidos se enfrentan abiertamente por ganar más votos, el acuerdo esencial e inviolable de todos ellos para ser registrados en procesos electorales es la defensa del sistema capitalista y de todos los reglamentos que garantizan que es intocable.
5. En las últimas semanas -cuando aún faltan casi tres años para las elecciones presidenciales- el Instituto Electoral cada 15 minutos pasa un comercial por los distintos medios de información llamando al voto, a la credencialización, afirmando que México es un país democrático, libre, justo y poniendo los más altos calificativos al sistema político y económico mexicano. La poca gente consciente está hasta la madre con esa propaganda que falsifica la realidad mexicana pero de tanto repetirse la mentira en los medios es posible que de manera mecánica esa mentira se convierta en “verdad” para el pueblo que carece de juicio crítico. Mientras los problemas del país se agudizan por el desempleo, los miserables salarios y la represión, las campañas pre electorales nos presentan un México justo y pacífico mientras se han asesinado 20 mil con el pretexto del narcotráfico.
6. Me pregunto: ¿Han logrado los intelectuales del neoliberalismo acabar, mediante argumentos “científicos” con la lucha de clases y coincidir con el viejo clero que ha buscado convencer desde hace siglos que las clases sociales no existen, que la explotación del trabajo humano es natural y que por tanto la verdad es el “amaos los unos a los otros”? ¿Desde cuándo la acumulación de gigantescos capitales en unas cuantas manos no vienen de la explotación y obtención brutal de plusvalía? ¿Quién dijo que la miseria y el hambre de millones de seres humanos no se originan de las sociedades dividas en clases sino producto de la flojera y falta de ambiciones? Si los trabajadores siguen pensando en que los ricos pueden abrir su corazón para dejar de explotar, para no seguir dominando y así atenderlos entonces el capitalismo vivirá otro siglo.
7. Desde principios de los años sesenta comencé a leer entre la conocida corriente filosófica de Frankfurt (Marcusse) acerca de la aristocracia obrera que el capitalismo había producido en su alto desarrollo. Marx habló de la clase obrera de la gran industria de los países altamente desarrollados pero no alcanzó ver una clase obrera que pertenecía al “establecimiento”. ¿Fue por esto que se fortaleció la teoría del papel importante de los marginados en las próximas rebeliones? Esto que apunto ha sido analizado y discutido con mucha profundidad en los setenta en una serie de textos –más de 50- de la colección Pasado y Presente de siglo XXI, Argentina. Sin embargo debemos esperar las experiencias que salgan de las mesas de diálogo entre los dirigentes de los electricistas y el gobierno, con la intermediación de un “grupo de notables”.
martes, 19 de enero de 2010
Segundo video del canal Regeneración TV
El Estado se encuentra secuestrado por una minoría que es la causa principal del desastre nacional. En nuestro país existe una República aparente, simulada, falsa.
Hay poderes constitucionales pero, en los hechos, un grupo ha confiscado todos los poderes. Por eso, lo primero debe ser recuperar democráticamente al Estado y una vez logrado este propósito, reintegrar las riquezas y los bienes públicos que han sido entregados o concesionados ilegalmente, a través de reglamentos o leyes secundarias que en ningún caso pueden estar por encima del principio constitucional que señala el dominio directo de la nación sobre los recursos naturales del país.
Este procedimiento debe aplicarse fundamentalmente en los casos de la minería, la industria eléctrica y el petróleo.