sábado, 12 de abril de 2008

Hombres, al grito de "sí protesto"

Por una sola vez en la larga historia de la prensa mexicana, los reporteros no tuvieron que usar el infalible método periodístico de contar el total de piernas y dividirlas por dos para calcular el número de asistentes a un mitin en un lugar público. Ayer simplemente abrieron sus libretas y multiplicaron 38 por 500 para anotar con exactitud que había 19 mil brigadistas del género masculino sentados en igual número de sillas y dispuestos a recibir instrucciones para salir a las calles a luchar por la vía pacífica en contra de la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Somos el ejército ciudadano constituyente y estamos en alerta máxima”, resumía una cartulina ilustrada con los colores de la bandera nacional en manos de un hombre que iba por toda la plaza exhibiendo su mensaje y predicando la unidad tal como la conciben, repetía, los pueblos indios.
El templete estaba muy cerca de las enormes patas del Monumento a la Revolución que dan hacia la avenida Juárez, la Torre del Caballito y la vetusta casona de Xicoténcatl, donde hoy por la mañana empezará a escribirse una nueva página de la historia nacional. A los pies del presídium, orientada en la misma dirección, había una valla de carteles marcados cada uno con una cifra, de izquierda a derecha, y alineados en sucesión progresiva del uno al 38.
Delante de cada cartel había tres sillas al frente cada una de una hilera de 170 asientos más, correspondientes a las 38 brigadas, a su vez compuestas de 500 integrantes cada una, que se identificaban entre sí y se diferenciaban de los otros por medio de diversos símbolos. ¿Cómo surgió, como quien dice, de la noche a la mañana, esta precisa organización, mientras el PRD se hunde en el pantano de la ineficiencia? “Del teléfono celular del Peje”, explicó a los observadores un testigo que lo vio tejer esta red desde su oficina en la calle de San Luis Potosí.

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